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Bolardos Buscan rescatar el civismo - Metrocali.gov.co

Posted by Sebastian Rodriguez on 14:18


Los bolardos buscan rescatar el civismo caleño
Pese a que algunas personas los consideran una afrenta al desarrollo comercial de la ciudad y un sinónimo de incomodidades, para otras constituyen una salvaguarda al pedido de más vías libres para el disfrute del peatón. Camínese a Cali.
La implementación de los bolardos en algunas de las principales vías de la ciudad les han devuelto la movilidad a los caleños, quienes hoy pueden disfrutar de andenes espaciosos y libres de obstáculos



Aunque para la mayoría de comerciantes los bolardos constituyen un verdadero dolor de cabeza, para un buen número de caleños están significando desde ya un merecido alivio al momento de recorrer su ciudad a pie.
Así lo han podido constatar quienes a diario transitan por la Carrera 1, otrora vía de negocios de reparaciones callejeras de autos y motos en la que las máquinas les robaban espacio al peatón, y en la que hoy se pueden desplazar sin ningún tipo de obstáculo tanto los caleños como quienes visitan la llamada ‘sucursal del cielo’.
Y es que gracias a las obras del Masivo Integrado de Occidente, MIO, vías como la Calle 5 con Carrera 15, por Santa Librada, y en la Calle 21 con Carrera 1, en cercanías del Comando de la Policía Metropolitana, son hoy en día espacios reservados exclusivamente para los caminantes, con andenes anchos, espaciosos y libres de zonas de parqueo a raíz de la implementación de los bolardos.
La negativa de algunos vecinos respecto del uso de los bolardos es constante, toda vez que argumentan la falta de espacio con el que contaban anteriormente para la refacción de vehículos y motocicletas, así como para el cargue y descargue de mercancías.
“La cantidad de carros por los que hemos debido responderles a los clientes se cuentan por docenas, porque los mecánicos no alcanzan a ver los bolardos y terminan rayando las puertas y bómperes”, dice Hernán Mora, propietario del taller Servimora, localizado en la Calle 21, sobre la ribera del río Cali, y quien ahora debe hacer las reparaciones de sus clientes dentro de su taller o en algunas calles cercanas de poca circulación vehicular.
Las quejas al respecto no son menores en otros sitios de la ciudad, como la Carrera 15, donde los comerciantes han impuesto desde ya su veto al uso de los bolardos que se ‘sembrarán’ allí. A su juicio, las ventas se verían reducidas porque las estructuras mismas alejarían a los clientes y, como salvaguarda a la medida, piden la construcción de bahías de parqueo que puedan ser utilizadas por sus compradores.
El vandalismo contra algunos de los bolardos, que han sido cortados de tajo para extraerles el hierro y luego revenderlo, es muestra del grado de insensibilidad que ante las obras del MIO muestran algunos habitantes de la ciudad.
Álvaro Aguado, vocero de los comerciantes de la Carrera 15, ha destacado la importancia que tienen los bolardos para recobrar la libre movilidad del peatón, aunque ha sido crítico al manifestar que la cantidad de los que se han dispuesto y se proyecta colocar es exagerada.
Sobre el particular, los diseñadores, ingenieros y arquitectos de MatroCali S.A. señalan que el espacio público es el eje principal de la mayoría de los planes de ordenamiento territorial del país, y que por tal razón los bolardos propician equilibrio e igualdad urbana.
No obstante, agregan que su uso busca rescatar el respeto por los andenes, pero señalan que los mismos no son un elemento impositivo. “Los bolardos no son elementos impositivos –dicen -, pues cuentan con el recurso de desinstalarse en el momento que se genere una cultura ciudadana hacia el respeto de no parquear sobre los andenes y separadores viales”.
Pese a tal advertencia, hay quienes ya han empezado a ‘desmontarlos’ por su propia cuenta, más no por la existencia de conciencia frente al espacio que merece el peatón. Lo hacen porque su estructura, cuya base es de hierro, resulta ser fuente de recursos para la gente de la calle, que ha empezado a cortar de tajo algunos de los elementos que componen el mobiliario de la Carrera 21, entre los que también se cuentan las canecas para la basura.
Tal tipo de daños a las obras impulsadas por MetroCali han llevado a los arquitectos e ingenieros del Departamento de Construcción de esta entidad a cambiar la composición de los bolardos, que de ahora en adelante serán en su totalidad de cemento, y no de hierro con revestimiento de acrílico, como los ya dispuestos en algunas vías de Cali.
Así las cosas, el hurto de los bolardos se ha convertido en uno de los dolores de cabeza tanto para MetroCali como para los ejecutores de obra, quienes son conscientes de la animadversión que estos han creado en algunos sectores de la población.
“Mucha gente empecinada en parquear su vehículo o abrirle mayor espacio a su negocio opta por tumbar los bolardos, lo que no sólo representa un daño al patrimonio municipal, sino que también afea las obras y afecta el desarrollo paisajístico que se ha planeado para Cali”, dice uno de los arquitectos del departamento de Construcción de MetroCali, quien agrega que las acciones vandálicas han obligado a dejar atrás la estandarización que en materia de bolardos se tenía para la ciudad (azules y con revestimiento plástico) y han debido optar por unas estructuras de cemento.
Los bolardos azules que hoy vemos en la Carrera 1, en la 21 y en cercanías a Santa Librada son fuente de ingresos para empresas caleñas que los fabrican bajo unos estándares de calidad muy precisos supervisados por MetroCali, pero ante la oleada de vandalismo que vemos contra ellos será preciso entonces cambiarlos o modificarlos, advierte uno de los ingenieros, quien recuerda que cuando se trata del espacio público el bien general prima sobre el particular.
“El MIO es una obra que busca rescatar el espíritu cívico de los caleños, por eso algunas medidas que se han tomado en materia de diseño y paisajismo pueden afectar a unos cuantos, pero serán de beneficio para una inmensa cantidad que deseará disfrutar de un entorno diferente, con andenes amplios y libres de vehículos estacionados y limpios de residuos sólidos o manchas de aceite, que eran comunes en las vías que ya se han intervenido”, precisa el ingeniero, al tiempo que recuerda que en ese proceso de cambio MetroCali ha estado presente como acompañante a través de reuniones con la comunidad, en las que se hace claridad del avance de obras y los beneficios que a la postre traerá consigo los bolardos para la socialización de la capital del Valle.
Así las cosas, la implementación de los bolardos, aunque retrógrada para algunos, es en verdad un avance hacia ese cambio social y urbanístico que Cali pide a gritos, y en el que el recate por el civismo busca abrirse espacio entre los peatones y habitantes a paso firme.

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